Imagen cogida de la red
CEMENTERIOS DE LA MEMORIA
Siempre me resulta incendiario el
pedernal de la noche. El río oscuro
de la memoria a imagen y
semejanza de las criptas: en los amaneceres
del cierzo también hay
cementerios como fosas
de una vendimia caótica. (La oscuridad despierta cuando los trenes
tosen
de la nada y uno se lava las manos, después de todo, tal el texto
de la historia.)
Sobre el delirio de tierra
ruinosa, siempre lo irremediable de las enredaderas,
los largos discursos del agua y
la leyenda,
los tiempos simulados del
nosotros e incluso los cuerpos en duelo.
¿Qué cara le ponemos al disfraz
de todos los días?
¿Qué nupcias le ofrecemos a
nuestra propia historia?
Patina el barandal del cielo
entre nuestros pensamientos, ahora que hay nudos
en la entraña y moho en esta
pandemia de ventanas derruidas.
¿Cuánto nos dura la lejanía para
deletrearla?
Acaso todo el fragor sólo tiene
su cauce en la muerte; la queja es tenaz,
laboriosa la desgracia de los
inodoros, insultan los perros de la bugambilia,
imperceptible la voz de la piedra
en los portales.
Todos los días este aire
mortecino de los sustantivos.
Barataria, 20.XI.2014
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