Imagen cogida de la red
TENUE VITRAL
Me asomo a la ventana para ver
toda la adversidad que transita en las calles.
Cada piedra se ahonda en los
huecos del aliento: es tanta la lucha que duelen
los tobillos y el ala rota. Trepa
todo lo postrero a las ojeras.
En medio de la neblina son
inciertas las manos y este ixcanal encarnado
en la médula de las semanas.
Gira en mis ojos la ceniza del
galope y la porosidad de los escombros.
Siempre la nostalgia tiene sus
peligros: vuelve lo acontecido a cruzar la puerta,
muerde la razón, acumula
insomnios hasta hurgar en la desesperación.
En el follaje incierto de los
sueños, despiertan las paredes
y todo cuanto existe en el
imaginario del parpadeo.
Desde los demonios de la
tormenta, esa ferocidad de túnel que tiene la lejanía.
En esta hamaca de tumba,
cualquier pájaro se precipita.
Toda muerte se abre al saqueo de
caminos; hacia la redondez de mis sueños,
la luz oscura del reloj, esta
revelación de los vitrales en el atrio de los ojos.
Barataria, 11.X.2014
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