Imagen cogida de la red
RECUERDOS
Como una moneda oscura esta
acumulación de semanas quemadas.
¿En qué galope de agujas se
disuelven los recuerdos, estos relojes
oxidados por la intemperie?
Nada más cierto que esta armadura
de hollín. (Ahora lo digo después
que la garganta ha rasguñado los vacíos. Las ventanas vuelan
incesantemente.)
—¿Con qué sábanas debo cubrir las
flechas de estos ojos cansados?
¿Hasta cuándo preservaré la
polilla y los tiliches del mar y el duro paraguas
de las lágrimas? (Vos) entre
estas aguas de caracoles sonámbulos,
entre las fotografías y mis
zapatos,
entre la brasa indiscreta del
poyetón, intensa de musgo.
Junto a mi mortaja solo el
recuerdo de la lluvia y sus monedas arrugadas.
(Siempre los recuerdos me devuelven —aunque sean polvo— a lo que
fue
en su momento, destello y desequilibrio.)
Ignoro que porción de mi ropa
duerme conmigo.
Hay ecos como en las sastrerías.
Nada es, andando, lo que se nombra…
Barataria, 01.X.2014
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