Imagen cogida de la red
INCLEMENCIAS
Sobre los cementerios, el pájaro
seco de la muerte y su ojo hundido en la cripta
sin techo de la arcilla. (La piedra y el cemento en su funesto
reacomodo);
los suelos empapados de heridas
como exhaustos combatientes, las calles
con sus dientes hostiles, (vos)
en la taberna de mi sangre remota.
Hoy lo recuerdo todo: en la mesa
de la noche los platos sucios, mientras
el fuego hace lo suyo en el
poyetón del aliento, ese otro cielo de oscuro teatro.
Hay grotescas asechanzas y tizne
en los prolongados espejos del río;
roncos abanicos bajan hasta la
boca, (ante la amenaza de la piedra solo
la lluvia
de cadáveres)
y el grafiti arrugado en las paredes.
Con todo, siempre amanece.
Amanece como ayer, entonces cierro el paraguas.
Amanece como hoy, después de
reptar en la noción del mundo.
En la pared de las temperaturas,
silban los burdeles de la indiferencia.
Es clara esta memoria desde
cuando empezó a bracear mi aliento
sobre tu cuerpo de semanas sin
itinerario…
Barataria, 03.X.2014
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