Imagen cogida de la red
¿REINVENCIÓN? ¿DUDAS?
Encontrar
al fin la inocencia en una noche sin término
sin
pensar en el día que no volverá
ni
en el gavilán que no logrará despertarte.
Enrique
Gómez-Correa
A toda luz
la luz oscura de los perdigones en los goznes y esas viejas manías de lo caduco
el sinsentido a la hora de la ceniza en el olfato bailamos qué música bailamos
junto a la sombra de un mundo de recuerdos la memoria histórica hace sonar su
timbre no más bajo ni estridente que las bocinas del vecindario (ciertas victorias dan miedo cuando solo se
quedan en lenguaje) prefiero desperezar las alas e invocar la lámpara
solitaria de Aladino: ninguna verdad es absoluta todas son medias verdades o
mentiras disfrazadas con caricias ¿debo entonces reinventar mis sueños entre la
breña dejar a la orilla lo estático —las viejas consignas de la
nostalgia—? desde dentro las aguas recónditas la combustión
legendaria que no acaba la fertilidad del desuso las semillas prodigiosas de
los ojos vacíos dudo de la rosa blanca que consume mis pupilas a cada quien a
fin de cuentas su siglo de sueños estamos como apuntan los economistas en la
miseria respiramos las sábanas secas de la soledad nos estorba el hervor del
mechón del aliento los retumbos del orgullo nacional los veintiún cañonazos de
la revelación nos enamoramos fácilmente de las verrugas de las profecías y
slogans luego queremos beber el agua de la prosapia ya antes me han advertido
de las frases con desgano de lo pintoresco que resulta el cansancio y las
disculpas ¿duermo? ¿sueño? no aunque estar despierto es como estar dormido en
esta geografía: todo es ficción en la boca de los albañales todo es negro
crepitante como el café que bebo antes de la siesta en el preámbulo de las
señales miméticas de pronto siento las cucharaditas de azúcar y vinagre en la
boca el té de muérdago de la inocencia de los discursos una y otra falacia de
mesa servida gafas negras condimentadas con jardines y botellas y piropos para
ablandar la sensibilidad de los días más largos mordiendo las sienes (hay que reírse en compañía de tantos
recuerdos de lo prohibido y lo nefasto de las idolatrías y las togas de los
poderes invisibles de la escarcha de las avispas y sus herrajes de los
bailarines y la pureza excelsa de la libertad y la usura de los clowns y las
penurias de los sostenes demasiado fervorosos) ¿quién sabe dónde está el
barco de los muertos el infinito del aceite lo insólito del motín de las
hormigas? llueve cuando pienso que llueve (si
pudieras apaciguar todo este nudo que se me hace en el pecho todo el tiempo
encabritado de aplausos si pudieras contenerme detenerme sostenerme en tu
ombligo de globo terráqueo y asignarme tus vacíos de roca ígnea tus pies de
avispero enrojecido tu pecho de panal y linterna solo si pudieras ser el primer
fuego de la flor de izote del himno nacional) me desvanezco en estas horas
de confusión trascendental aplaudo a los relatores del futuro respiro
tardíamente sobre las escaleras clausuradas de la culpabilidad una ópera una
ranchera un partido de fútbol la cocina y sus contrariadas cebollas: la
realidad desafía cualquier imagen inmaculada nada impide claro escuchar los
chasquidos del futuro sus antes y sus despueses los abrazos efusivos y furtivos
y tener esa sensación de libertad envolvente casi mítica con jadeos con ramitas
de yerbas aromáticas hacerle cosquillas a las lágrimas con buenos modales sin
dejar residuos sobre la carcajada temblorosa de gozo pleno —algo me dice todo: los yaguales de las nubes siempre son grises
mal que bien resisto a los vahídos abrazo el ungüento del poniente trato de
ocultar mis frustraciones me divorcio de la menopausia y las dolamas
consiguientes mañana seguramente tendré otros argumentos: el bostezo y su
tarareo harán lo suyo aunque exista otro montón de posibilidades la fastuosidad
nunca es buena noticia cualquier vaguedad suele ser producto de la impotencia
frente a mí siempre lo inverosímil de la tristeza y la alforja vacía…
Barataria,
07.VI.2014
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