Imagen cogida de la red
VOCACIÓN
Entre tantos desatinos, la
tapicería de los párpados: en éstos
hay vocación por desnudar aquella
rosa intuida por el presentimiento.
Después de caminar tanto a través
de la calle
del imaginario, no me queda sino,
vestirme con los vértigos de la alambrada.
(Respiro en el pozo de la intemperie y me adentro al bosque:
en cada litoral afirmo mi vocación de transeúnte.)
Jamás olvido el lápiz y el papel
y el tropel de la pira invisible de mis días.
Jamás renuncio a la madera de mis
cuencas nocturnas.
Barataria, 07.IV.2014
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