Imagen cogida de la red
YA ES TARDE
Pero
no tengo necesidad de girarme, para saber que detrás de mis espaldas
es
ya la tarde, ni para saber exactamente lo que allí está pasando. Sé que si
me
girara vería aquella playa a la que alguna vez me he acercado en sueños,
sembrada
de animales fósiles,
ramas
de coral y el mar cubierto de hormigas aladas.
Salvador Dalí
Frente
a los ojos destellantes de las rocas las sombras adictas al musgo ciertas
ambigüedades en el sombrero de la viscosidad cuchillos en la pecera de los ojos
sol metálico en la centella de la cicatriz en círculos las pestañas degolladas
de los párpados (no te rías del reloj
promiscuo de la tarde ni de las ingles que pelean por desmoronarse) en la
hora tetelque del crepúsculo el único molde posible es el absurdo y no el
campanario donde naufraga el badajo de la gran pipa colmada de ramas no es la
mano la que se extiende sino el gusano de la cúpula el aceite de bacalao en la
herida de los muertos éstos que por doquier esperan ataúdes millones de gritos
como una inyección letal en las postrimerías del cordero y los paraguas (ya es tarde te lo he dicho) es terrible
tarde para el hambre que se produce en la almohada voy junto a la palidez que
se deja ver en los labios la noche junta todos los excrementos (y en ello hay cierta ternura) junta los
ahogos de los periódicos marchitos aquel establo de parto prematuro donde la
piel se desgasta sin sentido y duelen las coyunturas de la sal mordiendo el
número par de los pezones: ¿en qué maniquí has cobrado vida? ¿en qué ojal palpita
la lengua su desnudez? ¿con qué grafiti se escribe la Nada y su secuela de
vacíos? te llevas estos ojos hartos de cemento y calles el desvarío nunca ha
dejado su andadera ni esa lista de alcantarillas que absorben los zapatos somos
y no somos nunca hemos sido somos esa burbujita breve rota por el aire la jaula
donde gime la sospecha la lejanía es un peligro para la boca ignoro la risa del
pubis en la languidez de las manos: todo de pronto es compuerta síntesis de lo
inevitablemente humano ¿hay pretextos para el sueño? siempre hablamos de los
territorios del ahora mañana los domingos las astillas el yo profundo en la
lectura de la caja de Pandora pero la luz tiene alambradas aunque sean
pasajeras en el pequeño silencio nuestro el eco de las armónicas un blues en
los amarillos estrafalarios de las elegías vos me mirás como ese perro de la
melancolía que llevo a cuestas desde que descubrí el silabario de las aldabas
¿en qué momento la avidez se tornó mortaja? ¿de qué transparencia nos habla la
mesa de la palabra el ijillo de los chunches de los coleccionistas? dime que
hay pájaros en el relámpago de lo inminente dime pájaro para reconciliar las
esquinas de las ramas dime alba para ver el costado del azúcar de la memoria
del estrépito dime ferrocarril y barco dime viaje y caverna y campanario que
nada agonice en la garganta que nada nos indague sino el olfato en medio de las
entrepiernas del sueño que la luz sea no
el desarraigo ya es tarde —me dices— con una linterna en las manos mientras
deshago los algoritmos del alma allá las trece monedas entre cirios de dudosa
salmuera las lombrices de tierra en el bolsillo para carnada y este principio
sin final de ninguna simetría…
Barataria,
24.III.2014
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