Imagen cogida de la red
SILENCIO INTERIOR
Así transcurren los días, sin
aspavientos de ninguna clase.
Salvo los cachivaches diseminados sobre todo
el piso. Salvo el sillón
curtido del aliento y el
escrúpulo entreabierto de la ventana. (Adentro
de mí,
la vocecita de los libros que me hablan, y el polvo en los
rincones de la silla
donde transcurren perezosos los minutos.)
—De pronto lo inesperado: la
delgadez intensa del tiempo,
desde siempre no hablo mucho. Hay
un mundo reprimido sin disolverse,
¿cuál será mi suerte mientras
dulcifico el cierzo?
¿Qué ojos insondables me sofocan?
¿Qué País es éste, crepuscular en
su relieve? —No tuve alternativa: siempre fingí
destinos y huidas y acepté la
penumbra como enigma.
Y empecé a tocar los instrumentos
desnudos del designio…
Barataria, 13.XI.2013
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