Imagen cogida de la red
MATORRAL
Como desvencijada armadura, el
matorral inverosímil de los influjos.
En la piel enrarecida, el filo
inexorable de las imágenes, y hasta la nostalgia
del vuelo, el ojo roto en el
desatino.
En algún sitio del planeta, se
desvanecen los melodramas de la piedra pómez,
y los interiores del azogue. ¿Es
normal limpiar las nubes todos los días?
¿Son ciertos los números del
pánico?
(Uno de pronto ve la juerga de las imágenes como un acial que
revive
lo azaroso de los caminos.) —Cuando uno se abre a la autorreflexión
se da cuenta que hay en el
ambiente, ciertas exasperaciones caóticas, abiertas
al sinsentido de las
especulaciones.
Por cierto que en el viaje, evito
bastones y cucharas…
Barataria, 12.XI.2013
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