Imagen cogida del FB de Luminita
Lazaroiu
ENSIMISMAMIENTO
La sal sangrienta en la escarcha
de las degolladuras. El tiempo insaciable
sobre la piedra de los días: hay
un invernadero en el crimen
de los relojes, el zumbido propio
de la garganta deshabitada (susurro
simplemente tatuado de vacíos, el lenguaje logró convertirse en
laberinto.)
¿Qué me queda después de las semillas ásperas de la sed?
¿Quién ató mi aliento a tantos
destierros?
En el ojo de la ansiedad, la
cólera de las cerraduras, el frío hasta lo irrevocable.
Estás hecho, —me digo— para el
coro final de las estaciones:
Algo quedará, después de todo, de
la fiebre de los trenes…
Barataria, 19.XI.2013
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