Imagen cogida de la red
HORAS CONFUSAS
Como la hoja
que no cae en tierra, esta experiencia de horas confusas.
De regreso a
la querencia inevitable, imposible regenerar la
noche y los relojes.
Todo es
confuso aunque hoy crezca la luz.
Todo es
confuso ahora que camino fuera de mis sueños.
Todo es
confuso ahora que he desenmarañado la saliva en los ojos: véase esta
garganta de
degolladuras, véase de pronto el hilo que amarra la boca,
el eco
callado del revés de las palabras.
Todo es
confuso ahora que converso con el cómo y desde el cuándo del agua
fría y del
escarabajo de la piedra como un grito aplastado.
De la vieja
madera apenas queda el aserrín o la carcajada del infinito.
(No me sirve ya el dudoso camino
de los ojos, ni descubrir que una promesa
es solo un juego para dibujar
pájaros; son demasiado obtusos los cuartones
de la noche, el deletreo del
balbuceo en el mundo del mendrugo.
El minuto vuelca sus hisopos
incinerados sobre cada jornada de lentes.)
—Deshecha la
alegría, avanza desnudo el lento carrusel de las sombras;
Regreso,
reprochándome, toda la sed nunca reinventada en el tiempo:
sí, la luz
es fragancia o es ilusión. Rama del pulso descalzo de las palabras.
Desde fuera
del sueño estoy despierto como un bosque que no agota sentidos,
ni desdeña
la palabra dicha, ni se cierra a lo esencial.
Ha sido
largo el tiempo agotado, confusas las claves del nudo de la vigilia.
—Te quedas
en la bruma. Aun mi bosque no sangra de ceniza…
Barataria,
12.VII.2015
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