Imagen cogida de la red
FOTOGRAFÍA
DESENFOCADA
En la
fotografía desenfocada de la asfixia, cualquier dedo se retrata en la celosía
del telón
que dormita en el ojal del grillo de los alfileres: la imagen siempre
es una mueca
de otras muecas a punto de ser suicidio.
Como en los
autorretratos enroscados de la abstracción, esta suerte irremediable
de lo
impreciso ¿en qué jaula patinadora caben los sueños?
—Alguien
sueña colgándose de un pájaro.
Alguien que
dormita en la cámara de la aridez y los despojos. En ese murmullo
incandescente
de las aguas,
el poderío
inútil de la estación de la escarcha. ¿Quién se queda o marcha después
de la
tormenta? ¿Quién sana después del hacinamiento de habitaciones corroídas
en el
aquí o el ahora, de carne triste y bocas alargadas?
En el jardín
flotante de los ojos, nunca serán firmes las fotografías, es como si
los alambres
del humo hicieran una catástrofe.
(Sólo el que quiere ve más allá
del zoom de los juguetes húmedos de la noche;
adentro de los ríos confundidos
de las raíces, el talpetate sobre tierra,
y el espejo roto del embudo, casi
tembloroso al roce de los párpados.
Sobre algún vestigio, los huecos
removidos del mimbre o el talud de siempre.)
Si algo es
firme es la piedra tallada de una centella…
Barataria,14.I.2015
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