Pintura de
Viviane Domenge, cogida del FB de Hugo Sánchez
PAISAJES INVENTADOS
No
es una pesadilla es un calor verdadero mordiéndonos la piel
una
oscuridad no de lluvia sino de silencio
no
de silencio sino de bestias que corretean invadiendo el aire en que vivimos
Fayad
Jamis
En las
mañanas el sermón del firmamento la exclamación absoluta de la boca sobre la
mesa donde babean los pájaros el último cierzo de los paisajes inventados salgo
cada día de los espasmos mientras en la garganta se instalan los minutos de la
queja mortuoria del galope es cierto en el transcurso de las sábanas vamos
acumulando manchas impúdicas calcetines sostenes cópulas dentífricos nombres
desgarrados contracciones boleros colillas y puertos y antros que ya no nos
sirven para una buena introspección sin duda hay días apremiantes y solemnes:
la historia nuestra el poder son en conjunto lo más parecido a una piñata
elaborada con cierta perspicacia y espectacularidad en este juego entra la
respiración de la noche los salmos los proverbios los refranes los adagios
hasta el punto de la verosimilitud a veces nos es útil el pasamontañas los
muslos provocadores de las apuestas el fuego impuro de los mercados los ojos
perdidos en la tinta china de los relámpagos ¿quién vale la pena después de
todo? ¿cuántos tamarindos andantes husmean en las esferas del poder y desean
además una estatua para consagrar sus hazañas? giramos alrededor de ciertas
mortajas entre los contrastes de los lavatorios huérfanos de luz sacamos la
cara en la noche en la roncha de los baches y los resoplidos sacudimos la
conciencia y nos damos golpes de pecho a la hora de los banquetes pasitos aquí
pasitos allá nos olvidamos del parto de los huelepega de la hostilidad de la
mazmorra de la cama de pita donde ponemos la huesera de las costillas pienso en
la aritmética y en las caras sin rasurar pienso en las tardes lampiñas y
deshidratadas alguien gime en la casa vecina los ahoga el dolor o el gozo las
telarañas con gorgoritos de altamisa pienso que este tiempo de crisis es
indispensable: la realidad es más intensa que un simple semáforo en rojo más
revuelta que el refresco de horchata o tamarindo me entretienen las quebradas
con maquiligües las palabras necesarias que de pronto uno olvida las
muchedumbres en los periódicos el monólogo de las dentaduras postizas las efemérides y los eufemismos al punto de
la conmiseración a falta de palacio los largos corredores de los portales pertinentes a la tribuna libre y al gourmet dignos siervos somos del olfato
de las facciones consecuentes con la mentira disfrazada de verdad aquí somos
fieles aunque nos sofoque el hambre fieles al ratito acostumbrados a las
contradicciones enamorados de las alfombras y a cierta ingenuidad (ahí en las vagas aceras de la desesperanza
la compraventa zurciéndonos el alma vos hundida en mi ceño con un sinnúmero de
traumas al punto de morder el sonido de la jaula ese turbio manantial inmutable
del tiempo: de pronto vemos caer la lluvia de nuestros ojos luego el tiempo compartido
de la desnudez el paladar agitado de las sombras la invención de los redobles
mientras respiramos el vaivén en la caverna el pan que se convierte en campana)
alrededor de las aceras ya no sé qué parecemos ¿transeúntes? es hora de
repensar los senderos amor es hora del infinito todo lo improbable nos
sorprende: imaginemos barcos y trenes en el portafolios de la ventana todo el
desvarío de la escritura tu cuerpo establecido en mi vigilia los puntos
cardinales hacia el sur del poema sagrario del tintero…
Barataria,
03.V.2014
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