Imagen cogida de directoalpaladar.com
NADA ES TODO
En la sed cónica de las sombras,
invisible el alba, la nada y sus pies de vacíos.
Acabé en la última luna que
dibujó el grafito. Mordí la garlopa y el olor a madera, desmenucé el aserrín en
el rastrillo de mis lluvias:
solo quedó la indiferencia negra
de la sal y el ocre del lenguaje en el calendario.
—¿Puedes decirme ahora hacia
dónde se inclina el dialecto de la memoria
y hacia qué abandono el oleaje de
los susurros?
La nada es mi toda comunión con
las armónicas: sé que no hay peor
anfiteatro que las axilas, ni
castigo más severo que el designio. (De
forma tal,
me desvanezco en las corbatas de la ciudad, cruzo las esquinas:
dejo a otros
las alabanzas, el vademécum de las apostemas y el chichipince.)
Yo sigo casi invisible, limpiando
el aguamanil del alfabeto.
Barataria, 22.IV.2014
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