Imagen cogida de la red
ENCUENTRO
Y sobre las aguas, avistamos el
alto oleaje del mar en el sinfín.
Alguna vez caminamos sobre la
espuma ensordecedora, sin entonces
percatarnos de la forma de la sal
y los caminos: esos caminos descubiertos,
sin paredes, como antorchas en el
pensamiento.
(El mendigo nos devuelve sus lágrimas, aquella noche de ríos
sonámbulos,
aquel cerrojo de la sombra clavado en las pupilas.)
—Vos me sobrevivís escalando mi
propia irrealidad, junto al perro
desvencijado de las rendijas,
como otro juego en los espejos de los zapatos.
Cada día nos encontramos
haciéndole muecas al futuro:
la película en blanco y negro nos
hace reinventar otros paisajes.
¿Vendrá el horizonte a
socorrernos del desván del crujido, de la tanta
gangrena acumulada? Ya lo veremos
cuando arrecie la lluvia
y el país cambie de gafas y
palabras e incensarios…
Barataria, 16.V.2014
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