Imagen cogida de la red
OFICIO
A la orilla del cierzo, la forma
transparente del ave en su rama.
—Nuestro oficio es jugar con el aroma de las palabras, con el
dialecto
de las resinas, y así escribimos
páginas a lo largo del camino.
(Nadie puede adulterar la luciérnaga de la memoria, ni dispararnos
en medio
de la letanía del viento: nacimos para borrar los límites del
horizonte.)
Nacimos, digamos, para trabajar
los ecos y borrar las telarañas de la tristeza.
Antes del atardecer guardamos el
galope de las sombras;
durante el día los ojos escarban
en las palabras: imaginamos manantiales
en el cuerpo del arco iris…
Barataria, 30.IV.2014
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