Imagen cogida de: mil-animales.blogspot.com
INDÓCIL
Ahora es el
momento de saltar la alambrada subastar las aves de rapiña darle aliento a lo perdido: emprender nuevas batallas en este
juego de horarios aleatorios junto a la liebre que desentraña los sueños nunca
me quedo encerrado en los paréntesis ni en la atarraya simbólica de los matices
vivir es más que tomar antibióticos para soportar la eternidad circular
alrededor de las aspas de las conjunciones o morder el hervor de las tristezas:
de cierto me acontecen enormes rotaciones veo a trasluz la lección de los
espejos las vacas flacas de la integridad e inclusive el parpadeo cifrado en
las calles —aquí siempre alguien quiere traficar los eslabones de lo invisible arrear los bueyes
que hala el horizonte abrir los bolsillos húmedos del delirio reclinar sus
sueños en los brazos del desorden (cada
día incendio mis querencias la fábula el símbolo todas las alegorías muerdo la
curiosidad sin atenuantes ahogo mis propias recriminaciones sorbo y sorbo lo sé
toda la hojarasca del calendario incluyo las bocas áridas de los imanes los
cuerpos repartidos entre la chatarra de los portales —dejé
de preocuparme por los libros motivacionales aquí sólo necesito la fuerza bruta
de roedor los aperos del paladar y la piedra de moler para adelgazar las
palabras genuflexo no: no miro de soslayo los cambios de estación ni las
dentaduras aleladas ni la forma corva de los octaedros) siempre la paz conmigo y la
cúpula de las tardes la luz supone desde luego un salto a la alegría el pesebre
reverbera de andanzas allí sobre la roca del ruiseñor de las tormentas claro
que a menudo el cuervo del tiempo hace sus estragos tampoco es que esté
pensando en las heroínas y los superhombres atrás queda todo lo descubierto
como el cine mudo en las nomenclaturas de la gelatina o la taza de café en el
blanco y negro de los supuestos hallazgos de la verdad: pienso en las alarmas,
en ese ruido ensordecedor de las campanas que llama al desuso de la feligresía
yo hubiera querido ser el campanario de Dios montado en un caballito de
carrusel de feria ¿es posible aún encenderle velitas a San Antonio rezar sin
que nadie me acompañe el padre nuestro o extender las plumas del ave fénix? —intento ser normal por supuesto no es tarea fácil ser normal morir
resucitar derribar los muros de Jericó he aquí el gran reto: quitarme los
tatuajes dejar al animal en la oscuridad del aullido (durante las semanas las sombras a través de los espejos) ¿en qué
desván de los relojes se sientan las semanas? ¿qué hace la claridad en mis
demonios? Hay nombres oscuros que cubren mi entrecejo ahora tengo sed ¿viene a
mí la bella durmiente del asombro o es sólo espejismo la silueta a través de
los rieles del respiro? ¿en qué museo debo disecar la niebla de la crisálida
del iceberg el juego de las esquinas del cansancio? llámame si quieres al
número del infinito con un invierno de inocentes pasos llámame ya tienes la
dirección secular de los espejos y la teoría multiplicada de las ficciones
encontrarme es fácil en medio de los alambiques de la laboriosidad…
Barataria,
04.V.2013
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