Imagen cogida de la red
DESTINO
Encontré una voz al otro lado de
la colina del rebaño:
—¿Es mi propia voz? —pregunté
asombrado—
No lo sé, me dijo el viento y más
allá el escombro y el desvelo:
(Por cierto en esa sensación de que uno ya lo ha vivido todo
existen
espesuras como discípulos imaginarios.)
Cuando descubrí las palabras,
entendí el resplandor.
Soy un ave sola en el paraguas rojo de las estaciones del
alfabeto.)
Barataria, 29.IV.2013
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