Foto de Mihai Olteanu, cogida del FB Uniunea Artistilor
Plastici
DELTA
Apenas entro al delta y me pierdo
en su profecía. Avivaré el pálpito
para evitar cualquier
anacronismo: ¿En qué anegado filo abro la
compuerta
de las ramas hundidas en el pecho? (Sólo soy cuerpo sumergido
en el ebrio sueño del agua rota que me oscurece.)
—Ante determinados peces o
escaleras, la atarraya anónima de la penumbra,
bejucos polvorientos derivan de
la saliva.
(Los olores mueren sacudidos por el olfato en la cama ahogada.)
Quizá, en el futuro, necesite
derrumbar todas las piedras del cúmulo
de pañuelos que sostienen las
pupilas.
Barataria, 11.V.2013
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