El ladrido de la espuma crece en las campanas.
Este mundo, abierto a los alquimistas,
Tiende algas saladas sobre los párpados;
Hunde en desvelos, desviste el oleaje
Hasta dejar en par en par el nido del estanque.
Este mundo, abierto a los alquimistas,
Tiende algas saladas sobre los párpados;
Hunde en desvelos, desviste el oleaje
Hasta dejar en par en par el nido del estanque.
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El ladrido de la espuma crece en las campanas.
Este mundo, abierto a los alquimistas,
Tiende algas saladas sobre los párpados;
Hunde en desvelos, desviste el oleaje
Hasta dejar en par en par el nido del estanque.
Allí el tiempo hace gestos grises, mientras
La cuaresma, en silencio, bebe salmos morados.
A su paso, los pájaros visten espléndidas mortajas
Y trenzan el reloj con sus plumas.
Antiguos ritos sobrevuelan la memoria con escapularios;
Las leyendas se diluyen en los mingitorios,
La madera del mar sueña en ser navío.
Y yo golpe: viento al otro lado de mí agolpándose en el viento.
Así, la historia teje mejor los sueños, supongo;
Y abre las manos almidonadas con la trementina.
Así, la aventura del sueño en los párpados se torna vivaz,
Y adentro, en la ruta u horizonte del alma,
Los labios van abriendo bocas en la sangre
Como una tenaz disputa de la lluvia con la tierra.
Barataria, 2005
De. Salvo la memoria, nada existe
ANSIAS DE LA FUGA
El ladrido de la espuma crece en las campanas.
Este mundo, abierto a los alquimistas,
Tiende algas saladas sobre los párpados;
Hunde en desvelos, desviste el oleaje
Hasta dejar en par en par el nido del estanque.
Allí el tiempo hace gestos grises, mientras
La cuaresma, en silencio, bebe salmos morados.
A su paso, los pájaros visten espléndidas mortajas
Y trenzan el reloj con sus plumas.
Antiguos ritos sobrevuelan la memoria con escapularios;
Las leyendas se diluyen en los mingitorios,
La madera del mar sueña en ser navío.
Y yo golpe: viento al otro lado de mí agolpándose en el viento.
Así, la historia teje mejor los sueños, supongo;
Y abre las manos almidonadas con la trementina.
Así, la aventura del sueño en los párpados se torna vivaz,
Y adentro, en la ruta u horizonte del alma,
Los labios van abriendo bocas en la sangre
Como una tenaz disputa de la lluvia con la tierra.
Barataria, 2005
De. Salvo la memoria, nada existe
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