Imagen cogida de la red
DISIDENCIA
Total, borré las imágenes del
silbido y los arquetipos. Terminé con la primavera
de los azores: sigo con optimismo
pese a la precariedad de linternas.
En la voz negra de los vagones,
la otra cara de la moneda, las formas de otro
paisaje sin uniforme, el aforismo
sin censura.
Dejé en el umbral del escalofrío,
los amotinamientos del grafiti,
pero sigo equidistante, por si
acaso, de la página que desdice el soplido.
Ya he pasado del embrión al
olvido de las sombras: escribo desde la disidencia
de los sueños y la memoria,
la muerte entre paréntesis y los
puntos suspensivos (ignoro si hay
supositorios
para las estrellas.) En la morfosintaxis de la destrucción, sólo la demencia salva.
Sigo tocando la fonética de la
tinta desde la víscera transitoria del aliento.
Barataria, 25.II.2014
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