Imagen cogida de la red
ALEGORÍA
Mientras en la mesa unilateral de
las moscas, los panfletos de las servilletas,
y el nombre habitual de las
ojeras.
A medio cenicero la comunión con
las depredaciones, la escalera
que lame los invernaderos, como
los hijos terribles del anonimato.
Ya me he santiguado antes de
traspasar las esquinas: es fácil confundir
la rama del cierzo con el llanto,
la altura con el bajo mundo,
la feligresía con la ebriedad de
ciertos resquicios.
Quizá falta entender las falsas
alas del fuego y las arrugas en los guantes
de la mesa y los abanicos de agua
y las cerraduras.
Barataria, 18.II.2014
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