Imagen cogida de la red
DIGRESIÓN
Absorto, en medio de la lengua presurosa de la
hoguera. Anclado el vuelo
en la miseria del Paraíso.
(Donde hay noticias debo poner mi barba en remojo.)
En los adentros de la claridad,
gime el lecho oscuro de los sofistas,
ese ámbito donde el sol no repta
ni da escalofríos.
Hoy respiro imprecisiones cuando
el ojo depreda maniquíes, y las mercancías
se llenan de viscosidades.
Abaniquea el sex show en las
mortajas: parezco un coleccionista
del muérdago en vasijas de morro.
La cicatriz de las palabras es mayor
a una tragedia de comensales
ciegos: cuando crece la impudicia,
procuro quitarle el vinagre a los
preservativos…
Barataria, 14.II.2014
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