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cogida de: travelpod.com
CALLES
Para aquella voz irrestañable que
perdí, —hoy, sólo calles de delirio—,
quizás la vigilia afilada sobre
el asfalto, las aguas monocordes
de los adioses y la duda que
volvió miseria los jardines.
(A oscuras la última flama del kerosene, los papeles sucios en las
cunetas,
la fragilidad pulsante de lo efímero en la punta de la lengua.)
—Todo se repite con los espasmos
y quebrantos: las horas en las aguas
sucias del reloj, el aliento de
las bisuterías con sus escamas.
Vivo blasfemando en medio de la
mendicidad, entre lo absurdo y grotesco,
junto a la nada cuya orgía duele.
Así, entre los zapatos obscenos
de la noche que embiste…
Barataria, 05.VI.2013
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