Imagen cogida de la red
PÁJARO
Un coro de alelíes, sobre el
grano de rocío: el pájaro que picotea la rama
y quita el moho de las nubes. (Sólo la piedra no siente los relámpagos,
ni se inmuta frente a la tormenta.)
Todo lo que rebasa al vuelo
carece de importancia: es sólo tiempo
a dentelladas, la señal sin duda,
de lápidas desvencijadas.
¿De quién habré de fiarme, ahora
que sobre el rostro ya no hay consignas?
—En el aliento ha quedado
inscrita aquella astilla ciega del abismo:
Avanza el sonambulismo de la
garganta sobre los muros: aquí el espejo
roto de la ropa sucia,
aquí, —pese a las aguas turbias—,
el arcano, en cuyo retablo, se
anuncian nuevos tiempos sin nostalgia
ni hambruna: a expensas del sueño,
avanzan los zapatos…
Barataria, 25.V.2013
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