domingo, 30 de septiembre de 2018

HÉCUBA

Pintura de Giuseppe Maria Crespi





HÉCUBA



A Alcira Teresa Luppi Hang



Se desangran los relojes en la sombra de las acuarelas animadas. Hacia lo discontinuo los vacíos que deja el zigzagueo. (Uno sabe que hay sueños premonitorios como la antorcha de fuego del presagio y sombras que enturbian la clarividencia. Hay universos destruidos como los hijos errantes de la patria, como las inclemencias que marcan la suerte de la historia.)

No hay más metamorfosis que los pueblos destruidos y las madres de mayo que sin retroceder caminan en el desierto. En el mar, las aguas fúnebres y la victoria ciega del desquicio. Sacrificada la progenie, la demencia de los candelabros sobre la tumba de Aquiles.

En el paisaje líquido, emigra el tiempo, mientras el aire suena sombrío y agudo. (En nuestras comarcas, todos los días son hábiles para los deicidios: hay vértigos insaciables e irreversibles como los pulmones sajados en las voces que claman)…

Después de todo, uno sueña. Sueña en la libertad, entonces, aun en medio de la bruma.

Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga
Barataria, 28.09.2018
Pintura Giuseppe Maria Crespi








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