domingo, 9 de septiembre de 2018

CUERPO

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CUERPO





Nado en el crujir de tus ausencias: el tren pinta poros verdes; en la travesía, bajo hasta la ensenada de la irrealidad, aúllan los perros en las sombras empedradas, aletea la piel blanca del hambre. El cuerpo alcanza el sofoco de los latidos: deshilvana la bestia el desvarío, (lo que ganan las manos, lo pierden las palabras, la ola en su marcha acoplada, el centelleo del tallo en la lluvia.) Cuando el ojo se desvela en el arbusto, mayor el follaje, los días agolpados en la concavidad del océano. ¿Cuántos inviernos inundan los sentidos? ¿Cuánto mundo vaciando el vaso del fuego, mordiendo el cofre de la tortura? En casa crece el olor de los pinos y la asiduidad del ave de tu ombligo. Crece el rocío en las orillas del reloj…


Del libro: “Sintaxis de la fuga”, 2014
©André Cruchaga

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