Imagen cogida de la red
VACÍOS DESIGUALES
Caminamos en los vacíos desiguales de los
sótanos entre un hueso y otro hueso de carcajadas ahí nos golpea el vertedero
del tiempo y la rebeldía natural del cuerpo a cada sepultura le damos una
memoria irrevocable el olvido es para las madrigueras del vaho para esa otra
mitad sagrada de la posteridad: debajo de los andenes también hay ídolos y
altares y vitrinas de viscosas parodias otros desagües no corren la misma
suerte el ciprés del sendero gotea en el aliento tumba las palabras que pare el
desgarro la entraña de caballos del
polvo o la tinta desparramada en los intestinos la mugre congela las rendijas
de la media voz de las astillas entre melancolía y desfachatez me quedo con mi
boca masticando la llovizna quemada del augurio: siempre me salpican los
alfileres de la congoja y esas aguas de desabridos yogures el sorbo de liendres
tiene su propia encrucijada: recuerdo las múltiples caras del vejamen las
palabras en su juerga de piel las palabras tortuosas de un lanzallamas sobre el
tórax —quiero
la lujuria de la parsimonia y el desorden del tropel sobre la lengua el extraño
mundo de la levadura haciendo lo suyo sobre los muslos del sinfín quiero un
petate para contarle las ausencias y reclinarme en los cuchillos de la
impudicia juro que el sudor no pasará a las encías ni la sangre perderá su
dureza (recuerdo por completo la
misericordia de tu cuerpo bajando o subiendo o muriendo despintado fatídico en
su desmesura benévolo y descomunal en gritos y ebullición sobrecogedor con su
piel núbil) nadie puede entender esa partición de ojos tampoco deja de ser
luz el laberinto esta copiosidad de lo viviente: dentro del sueño existe por
supuesto la melancolía el hilo del peregrinar de la decrepitud o el intrincado
laberinto de Ariadna y Teseo
Barataria, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario