Imagen cogida de la red
LABERINTO
No hay camino sin que embista la
plural ceniza del aliento. (Juego al
bestiario
y al vértice del delirio, a la anatomía alada de los peces
y a las ausencias ácidas del tiempo.)
Nada tiene sentido en las
concavidades del eco, ni las extrañas redes
de la espera y el crepúsculo: estoy
cansado de soportar la historia
y los jardines encalados del
suspiro;
a ciertas horas todo es
indescifrable, día y noche la opulencia de las telarañas,
el tableteo de las barajas,
los umbrales sajados por el viento,
los ávidos secretos como una lanza.
Ante mi propia naturaleza, la
inclemencia soterrada del sollozo.
Ante los callejones desaforados
de las ruinas, el atrio del cataclismo.
Barataria, 20.I.2014
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