viernes, 24 de agosto de 2012

FECUNDACIÓN

Imagen tomada de la red




FECUNDACIÓN




El tatuaje es un desafío para los que anhelan la muerte. El abecedario no tiene intermediarios ni tregua, ni alevosos dientes: en la madrugada salta el animal gladiador sobre el primer plano del éxtasis, el bien alcanza cualquier redención a la mitad del cuerpo donde el desenlace es frenético y el despojo babea en los labios de los últimos tirantes de las estrellas. Huele a panadería en el reino de este mundo, tren del desvarío disputándose campanas, tierra adentro la espiga en su trono, la lengua se mete en las hondonadas de la alegoría, dura como el propio escenario del aguijón en una acumulación de lucha de contrarios. Por hoy, me da igual la oferta y la demanda: sé que su naturaleza es destructiva, rumiante humedad en la esquina inapelable del triángulo. Luego es hora de inventariar las pérdidas y ganancias, determinar la alucinación determinista, compartir el difícil trance de las glándulas, la siembra compartida de los estamentos ideológicos, la transitoriedad del atajo en el surco sembrado del aliento. En toda fecundación se ponen en marcha las leyes dialécticas: se abre el atrio del almácigo y se drenan respiración y saliva, sangre, fuerza física y hasta la inclemencia del barbecho y hasta el ojo del santo patrono a quien se le pide la buena cosecha. En el pecho gotean espesas esquirlas, la batalla que siempre comienza en las alas del cuerpo.

Barataria, 22.VIII.2012

2 comentarios:

Dulcina dijo...

Hola André.
No sabía de tu existencia, ni sabía de tu verbo, ya ves, lo realmente bueno suele estar escondido, como temiendo que alguien lo encuentre y lo mancille en vez de protegerlo.
Al menos aquí, en España, no había oído hablar de ti, ¿estoy sorda tal vez? Sí, seguramente la culpa es mía, no de otros.
Sigue tu siembra fecunda sin importarte la cosecha, sé tú, libre, y que el viento sin barreras esparza tus flores por la árida tierra.
Volveré a leerte más.
Gracias por parir y compartir tanta belleza.
:)

André Cruchaga dijo...

Gracias, Dulcina, por acercarte a este espacio. En tan inmenso universo de letras, es difícil estar en comunión con todo, así que quizá esa sea la razón del desconocimiento. Pero ya ves, lo que debe encontrarse, siempre llega. Te invito, pues, a que siempre te des una vuelta por este CIELO. Un abrazo agradecido.
André Cruchaga