Imagen tomada de la red
LLAMA
Me dejas inventar mares y caminos, solemne perversidad del goce,
ahí donde la locura clava luciérnagas de azufre,
bisagras de una ciudad impaciente, cuerpo de mi incertidumbre.
El arquetipo es nuestro silencio, ¿saldremos, por fin ilesos?
El asombro siempre madura al trasluz del silencio. Vos, el primer incienso
de mis ojos, el ahogo en la proa de la fuga.
Barataria, 19.VIII. 2012
Dos de la madrugada
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