EN MEDIO DE
RIGUROSOS AMANECERES
Dime
tú qué ha pasado, por qué esta vaguedad de lluvia seca
hincando
la piel, revelando viejos espasmos.
Alberto
Marrero
Todo
resulta patético cuando el aliento ha sido cubierto por bejucos de desabrida
piel. Nunca supe entender la aureola alrededor de tu sonrisa en rugosos
amaneceres, en centellas desafiantes más allá de los acantilados de frivolidad
de este tiempo. El presagio se convirtió en juez sádico en donde la desnudez
fue bestial río. Dónde quedó el paraguas para cubrirnos de la intemperie, sino
en el hueco que hizo la brasa, en el prolongado funeral de las palabras. Ahora
solo quiero quitarme la costra de perro acurrucado ladrando a la vigilia.
Alguien murió frente a los desencuentros con la tumba anticipada de la risa.
Después de todo me queda esa lágrima íngrima de las epifanías secas.
Del libro: Fuego de llaves invisibles, 2021
©André Cruchaga
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