DÍAS PERENNES
DEL DESPOJO
Por qué los pájaros en el ventanal de la cópula, humeando en el cierzo
que cae fangoso del paraíso. Por qué mis manos se desploman
en tu sexo, entre veloces e incandescentes palabras, entre hilos de
polen
y calles roídas por las brasas de fonógrafos perdidos en el viento.
Por qué los pasos perdidos en el torrente amarillo de la hojarasca,
del hollín alrededor del frío de las mañanas,
de los días perennes del despojo con su orgásmica risa de plegaria.
de todas estas dolencias que nos deja un orgasmo de funerales.
Siempre te recuerdo vestida de alegría en medio de la fauna de mi sed.
Siempre tu voz tendida como lluvia en el tejado, ebria de piel y azúcar.
Suena el recuerdo como los sedimentos del país, los reveses del porvenir
y los deseos precipitados en la fosa última del féretro.
A veces la noche es solo un paraíso desdibujado, un paraguas
inapelable, una niebla de cadáveres en el desván donde cae la ropa
y se consuma la negación de la luz en su agónica cantera.
.
Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021
©André Cruchaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario