Imagen cogida de la red
TIEMPO ABOMINABLE
Yo me he hecho de todo el tiempo
abominable y he desplumado puertas y ventanas y algún ojo y algún cuello y
alguna sombra con el nudo ciego de las palabras: siempre estoy en descenso
cercenados mis brazos mordido de muñones y tupido de irrevocables féretros en
los fósforos la concavidad de los espejos y los trencitos de madera envejecidos
de noches —a menudo también se rompe la locura y salta la risa de su cajita de
música el atado de dulce seco con la premura de deshacerse en la boca allí
platico con los agujeros y la asfixia que me deja la neblina ocurre siempre así
la rapiña de la carcoma los muertos que desde siempre se llevan en la voz como
el más extensivo luto del silencio en la ladera de luz habitan las evocaciones
y la partitura sobre la mesa de algún sollozo algunas noches se multiplican las
monedas del ansia quizá los reclinatorios de la sangre en su única certeza de
final del camino todo el tiempo tiene su escote furibundo y algunos moretes de
frustraciones (en la carne cuelgan
incansables las radiografías del pájaro ahorcado las sucesivas bocas de
labranza y la ciega luz en el interior de la almohada y lo innumerable de las
aguas desvividas)
Aún tibios los paréntesis el péndulo
hace más aviesa la enajenación después de todo debo decidirme por el suicidio
de la conciencia esa enfermedad montada en los agujeros de la moral por si
acaso rasco el humo de los sueños
Barataria,
06.II.2017
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