sábado, 9 de julio de 2011

EL CANDADO DE LA LLAMA ARDIENDO EN EL SUEÑO


Pese a la lluvia, el candado de la llama ardiendo
en el sueño; cerraduras de nostalgia en la intemperie,
vitrales sin restañar sobre el enjambre de la ceniza.
TNG Bridalveil Fall, Telluride,Colorado
Imagen tomadada de Ocio-Networks





EL CANDADO DE LA LLAMA ARDIENDO EN EL SUEÑO




Pese a la lluvia, el candado de la llama ardiendo
en el sueño; cerraduras de nostalgia en la intemperie,
vitrales sin restañar sobre el enjambre de la ceniza.
Destierro mis olvidos. El delirio es mi única arma de sobreviviente:
en el latido del pecho, los trenes del jadeo,
el cuerpo entero contemplando la polvazón de los espejos:
el medio invierno del coito, antes del arpa seminal
de las mariposas, antes del ayuno de los párpados.
En el delirio de la flama sobre el arpa,
la tormenta cayendo en el lavatorio como un caballo de ráfagas.
Me doy cuenta que en todas partes está la luz: el paraguas
sosteniendo las entrañas, la herida reclama acechanzas,
asciende la raíz de la niebla; emprende el vuelo
inmolando escaleras, candados, y hasta la propia sal
que convoca el vértigo. Dicho está que los sueños preceden
a la hoguera. Allí hay que hacer un prontuario de relámpagos.

Barataria, julio de 2011

2 comentarios:

Marina Centeno dijo...

Acaso existe un diálogo en el sueño entre el sujeto y lo soñado? Acaso el sueño nos revela alguna verdad o algun desierto que quedo en el olvido? Vaya Usted a saber! más tú poema, Querido André, me ha revuelto el quehacer al levantar el polvo de lo estático.
Como dices: "dicho esta que los sueños preceden a la hoguera", es la continuidad de lo real lo que realmente vale o es la construcción de lo soñado? No puedo sostener esta respuesta, ni afirmando o negando, porque hay tanto de real en cada sueño como destellos realístico en lo soñado..."Allí hay que hacer un prontuario de relámpagos"


Besos !
Marina Centeno.

André Cruchaga dijo...

Queda de tarea para esa busqueda incesante del alma. Porque, al fin, los suenos, suenos son.

Un abrazo,

Andre Cruchaga