viernes, 6 de julio de 2007

Poema amoroso

Poema amoroso



Poema amoroso

Dirán que estoy loco cuando menciono
A Quevedo; cuando muerdo los relojes
Y sangran las canículas aljabas de desvelo.
Lo mismo dirán si me refiero a Dafne y Apolo;
Qué decir del Tratado de las pasiones:
Esperanza. Pasión: calendarios del pulso:
Paraíso peligroso sin firmamento claro.
Don quijote: Columna del sigilo.
Agua en la conciencia. Alma andante hasta hoy.
Perdone el tiempo: Nada vale lo lucido
Y lozano. Así lo dice Luis de Góngora:
La vida es una llama breve, un rayo;
Pero puede durar miles de años.
Qué me dicen, ahora, de Fray Luis de León:
Senda del rayo inefable. Llama del equilibrio,
Viento tempestuoso en los navíos del sueño.
Pero son más las ventanas. Unas invisibles;
Otras, articulando silencios. Vivientes silencios mágicos:
Nietzsche, John Keats, Borges. Por qué no Dulcinea,
Merlín, viviendo hoy, como antes
En la Cueva de Montesinos, junto al Quijote,
Junto a Neruda, Cortazar, Vallejo, a Eneas,
A ese nosotros del mismo cataclismo.
Isla Santa María, 19032004
Del libro: Pasión cifrada, El Salvador, 2004.

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