©Obra pictórica de Richard Diebenkorn
UNA FOTOGRAFÍA FRENTE AL MUNDO
En el salmo del viento, la analogía
de lápidas que el viento muerde
con calendarios excavados en el
sueño: en el interior de las luciérnagas,
una mínima luz para leer los
espejismos y el eco que dejan los pasos,
las ausencias que extrañan los pies,
la mutación de torbellinos.
Uno mira en la luz los pájaros
muertos del sueño, las espinas sordas
del país y la biblia en la hipocresía
de las manos.
Se violentan de luto, las sombras de
tumbas del gusano que juega
a destino en un territorio dulcemente
decapitado por la farsa.
Uno respira, enriquecidas las mismas
patrañas, las mismas ataduras.
En lo profundo de la fatiga la
humedad de sangre del horizonte,
y ese lento cuchillo del grito y el
odio, desnudo y enfermizo.
Nada nos ampara de la miseria, ni del
engaño en los ojos, ni del áspero
purgatorio del hampa, ni de los
anhelos amortajados.
El país se ha convertido en un
amoroso duelo, en una bella fotografía
de surfistas, rodeado de despiadados
silencios y prohibidas gargantas.
Frente al mundo, los no alineados,
somos simplemente mercenarios.
.
Del libro: Fuego de llaves
invisibles, 2021
©André Cruchaga
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