TODA LA FUGA VOLCADA EN EL PECHO
Como si revivieras tus fugas entre la bruma matinal al encuentro de la
rebelión tan querida, que supo socorrerte y alzarte mejor que cualquier
ternura.
René Char
Sobre la tierra volcada en el pecho,
resucitamos los horizontes
de la infancia, y palpamos el rocío
de las viejas epístolas del viento.
Hasta aquí, todo es remoto, casi como
una fuga salida de la niebla.
Alguna vez las máscaras dejarán de
ser objetos recurrentes de barbarie,
o solo una mueca de los
autorreflejos,
o rebelión contra la ternura en días
de vileza y paisajes ciegos.
o quizás otros ojos de cipreses en el
frío de la desnudez de bocas
amargas al pie de lavanderías de
súplicas y selvas.
Después de todo, suponen un muro
necesario de reproches, fusión
de heridas para ocultar cierta
sucesión de temores o la ternura
que a menudo resulta intocable: en un
territorio de danzas macabras,
cada quien le danza al destino con
húmedos delirios de fiebre.
Ante la página quemada de la sonrisa,
la rebelión de sed recorre
la sangre como todos los meses
escritos en la memoria del universo.
Hecha la huida, nos queda el
recuerdo, o la lluvia remota del olvido.
.
Del libro: Fuego de llaves
invisibles, 2021
©André Cruchaga
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