SUEÑOS
ROTOS
He roto ya el cuello de los sueños, mientras el hacha
sigue
ahí con su extenso filo de victoria.
Ante la uña incansable de las circunstancias,
bocarriba la palabra
que aprieta el pecho hasta vaciarlo de su brío.
En las esquinas de los ojos aprieta el absurdo mudo de
la hoguera,
allá el bosque y decoro,
aquí la voz de piedra del estrépito, a veces la
tiranía de la ira
y su ruido de campanada de barro. Y su lanza de
reclamos.
A veces es invisible la opresión del clavo
en el cansancio del cuerpo: abajo, la agonía, requiere
de alas.
Cuando los sueños quedan rotos, oscuro el amanecer,
débil la luz,
uno quisiera golpear con garra,
todo este suplicio atrincherado en el surco
subterráneo
de la primavera, o sepultar de una vez, la geometría
de la voz.
.
Del
libro: “Invención de la espera, 2020".
©André
Cruchaga
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