BÚSQUEDA DEL OLVIDO
Búscame en el olvido,
es el único refugio donde
la memoria no me encontrará.
María Roxana Muñoz
Alguien
desde el olvido, añora pedacitos imperturbables
de memoria,
muros abruptos para preservar o detener el frío,
esa suerte
de plegaria en la sangre cuando ya fenece
el aire en
el umbral de la puerta y solo queda el deseo
de una
mirada, el trompo de girasol maullando
sobre el
pasto de los ojos. Solo la ascensión petrificada.
Nunca hay
un refugio a voluntad en esta tierra de sólida muerte.
En la luna
triste y destruida del pálpito, lo único cierto es regresar
al espejo
para escuchar el sonido de las calles,
la historia
subterránea del luto, la tormenta en la garganta,
la lluvia
del oprobio elevada a lenguaje.
Nunca me
fie de aquel punto final en una voz rota.
Nunca de la
felicidad del destello de la almohada con sombras.
Nunca de
una ración de candiles rotos en la piel.
Basta ahora
entender la fugacidad como señal del tiempo.
Y también, la
incertidumbre con su voz de territorio enfermo.
Al cabo se
nos va la mitad de la vida en el filo de piedra
de la
espera: en la sangre, una herradura de ceniza hace lo suyo.
Del libro: “Invención de la
espera”, 2020
©André Cruchaga
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