sábado, 1 de septiembre de 2012

CORRIENTE DE AGUA

Imagen tomada de mundofotos.net



CORRIENTE DE AGUA




Lluvia de laberintos y espejos
en el estertor de las palabras.
PERE BESSÓ




En el cuenco vacío de mis manos, cabe la corriente de agua que baja de la tiza del sombrero del respiro; no hacen falta, ni tiestos, ni dientes, ni mantas para detener la prisa de los pájaros cuando buscan su guarida en la fábula del bosque. No hacen falta paraguas cuando lo que se quiere es sentir sin vacilaciones la brasa subyugante del ensueño, y ese badajo en espiral del remanso. Tampoco hacen falta las palabras en esta travesía de gratuidad de flechas, la imagen del lienzo del desvarío, el regazo eléctrico de la tinta como un océano del movimiento de la garganta. A veces llego al punto medio del abanico de las aguas, al almidón que queda inmóvil en la boca después de alambrarme en la tinta y ahogar mis pupilas hasta el punto de quedar ciego: ciego de tanto ver llover, el afrecho en la boca como un caracol redondeado con las manos del oleaje de la vivencia. Sin duda en la corriente de agua, hay estrépitos: salta el cuaderno para convertirse en ave; resbala la luz clara de las posibilidades, el polvillo en el ojo de agua, aquella fantasía difusa del fango cuando se han conjugado las corrientes abisales del ahogo. Cuelga el cuerpo bajo el viento; en el patio de los naipes, los ojos borran el camino de las aguas. Hay que comenzar de nuevo…Hay que olvidar de nuevo, las monedas enhebradas en las ramas donde la desnudez amplió su horizonte.

Barataria, 31.VIII.2012

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