lunes, 14 de noviembre de 2022

A PESAR DE TODO

Obra pictórica de Cristian López,
pintor salvadoreño

A PESAR DE TODO

 

No hay límites para la melancolía humana

Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide

de las lágrimas…

LOUIS ARAGON

 

Volvamos a la casa junto a aquel río que conocimos de luna confiada.

Volvamos a la noche a tejer los rasguños de la niebla, a la sed tibia,

roja de los navíos antes que amanezca el pez de la nostalgia.

O nos venza el trajín de la brasa y nos lance en ceniza al agua.

En el horizonte una enredadera de nubes, unos pájaros que nacen

del aire con meteoros en las plumas sobre los propios harapos.

Nuestros pies están impregnados del barro envejecido de tambores,

algunos perros de ciprés lamen el ijillo en el claustro del espejo,

nos alimentamos de cruces ciegas, torturantes, sin reparo al óxido

y a la tiza de hierro que recorre la vida atada a pasiones truculentas.

Pero volver también nos ata el cuerpo a ciertos ataúdes.

A través del ojal de la tortura, el pespunte demencial de los salmos,

los suplicios retenidos en la lengua, el nomadismo que nos vence

en la duda sin puerta ni fecha, salvo un paraguas roto sobre la arena.

Volvamos aunque luego haya que enhebrar la flama de los relámpagos

chamuscados por las cuñas de madera del carraspeo.

Nos espera un nido hinchado de relojes mutilados, un tintero

hipotético donde las axilas cambian su estado de gracia.

A través de los perdigones de las palabras, la escritura del grito,

y esa rara leche roja que brota de las peluquerías y se pierde

en los respiraderos subterráneos del extravío.

Sobre la fruta de los ijares, el hongo ancestral de los trapecios.

.

Del libro: «Mi memoria se ha cansado de llover y esperarte», 2022

©André Cruchaga


 

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