Imagen Pinterest
LENTAS TUMBAS
Vivimos a empujones en la
sed muerta de la savia.
El cuento es otro, ahí,
cuando se entra a la profundidad de la fosa.
Nosotros, hijos de la llaga,
no tenemos más que una corona
de escarabajos: abrimos las
ventanas del moho mientras cruzamos
la ebriedad convulsa del
escombro.
Debajo de los árboles se
pudren nuestros ojos.
Somos el zumo del bagazo de
una gota de sol prendida
en las colillas: sangra el
pez en la sartén del tufo y olemos
las calles que nos muerden el pulso. Se nos hace nudo la
garganta.
Se nos hacen callos en los
pies, mientras escupimos los güishtes
que nos deja la lluvia de la
historia.
Del libro: Precariedades, 2020
©André Cruchaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario