Imagen cogida de la red
SOMBRA DE CLAVO Y MADERO
Desde Lázaro,
el pájaro resucitado entre clavos y madero.
(Negado en las cercanías y las
distancias; enroscado el diente dentro del alma,
húmedo en la hora nona de tanta
complicidad.)
Hemos
cargado tantos días de luto que la muerte se tornó en nosotros
epitalamio,
fiesta de horizontes caducos, sitio para morder lo inasible.
¿Qué tienes?
¿Qué tenemos, —clavo y madero— que son mueca las esquinas
del ala y
cierzo, el gusano que nos apura?
¿Qué tienes?
¿Qué tenemos vieja bestia del claroscuro de los excrementos?
Sombra la
raíz. Sombra el amor, irremediablemente.
Clavo y
madero, —sombra de lo irreparable: sombra enrojecida del desvelo.
Sombra de la
oscuridad sobre el sepulcro.
Barataria,
11.VII.2014
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