Imagen cogida de la red
DESAFUERO
En las ganancias del mañana, el
saldo en rojo de los pobres.
El túnel de la muerte y la
demencia segadas por ciertas beatificaciones.
¿De quién nos fiamos cuando
caminamos entre breña y zarza, entre cofradías
de tuertos y suculentos fracs,
entre fulminantes audiencias y oscuros
monólogos de fosa séptica?
—Nada ha cambiado. Desde siempre
el eco distante de las ventanas.
Dios nos salve de la hora
profética, del orgasmo teñido de naipes.
Y vos estás allí, tras las pulsaciones
del dogma, cuando los empedrados
se tornan devocionales. Vos, allí, espulgando ciertas introspecciones
entre las gavetas del vómito y la
asfixia…
Barataria, 15.VII.2014
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