viernes, 9 de abril de 2010

MEMORIA DE LA DUDA

Nada es cierto de lo que uno guarda con sigilo en cajitas
De cerillos, en las gavetas donde sólo cabe la polilla.
Las ventanas, ¿traen luz para el cuenco de mis ojos?

La EsperanzaPuede, acaso, con todo el río desbocado del pecho.
Eduardo Manet







MEMORIA DE LA DUDA







…es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
JUAN BOSCÁN








Nada es cierto de lo que uno guarda con sigilo en cajitas
De cerillos, en las gavetas donde sólo cabe la polilla.
Las ventanas, ¿traen luz para el cuenco de mis ojos? La Esperanza
Puede, acaso, con todo el río desbocado del pecho. ¿Qué nos queda
De todas las certezas, de la panela de dulce verde en la lengua?
¿Del picaflor que atraviesa el corazón del polen?
Ninguna certeza es como hoy, mañana o ayer. La duda siempre
Queda en las axilas del alba, en la bóveda mineral del sexo, en la claridad
Del ojo ciego sobre el seno, en la soledad del macho o la hembra.
Ninguna verdad es cierta si no se pone la otra mejilla;
Queda en la memoria el rumor de los latidos.
Cada sangramiento es la certeza de la duda, la prolongación de las aguas
Del océano, el mundo nuestro aferrado a los deletreos.
Siempre amanezco en la lección de las sombras.
La costumbre es subir los sueños en escaleras. Aprender de la fragilidad
Del hambre, besar la herida sinuosa de las calles, morder la Gracia
De los clavos en la piel, venerar este mundo cedido a la noche.
Todas mis dudas son certezas. Todas mis dudas son memoria
De ese estar en el sueño que no fenece en la oscuridad.
—Alguien reprueba mis calcetines y zapatos. Mis girasoles en los ojos.
Llevo años arrastrando esta bóveda de espejos.
Nada ha cambiado, excepto las preguntas, las alas desencajadas
De las pupilas, el hartazgo de los pantanos de mi pecho.
He sabido atracar en odres durables. En la lija de diferentes noches,
Y he atendido las pesadumbres del engaño.
Ahora sólo quiero la hierbabuena de todos los herbarios. Morder el dorso
De la alegría, arrimarme al fogón de los relámpagos.
Ahora, después de todo, quiero bañar con ruda mi infancia:
Vomitar los maleficios, hacer una limpia de estrellas.
La duda siempre ha sido un abrazo convulso, cielo de espectrales
Nacimientos, una ciudad donde la verdad no parece tangible.
Muerde deshaciendo las cucharas de las creencias. Muerde el cuero
Del deseo. Camina en la soledad de las palabras.
Recuerdo los dientes del pálpito Masticando el asombro, los pájaros
Sin linderos volando a ras del cielo como la hierba abrasada
Por los cascos invasores del fuego.
La duda de pronto es mi propia memoria, el brillo rutilante
Del calendario en las paredes de la conciencia…
Barataria, 03.IV.2010

2 comentarios:

Lisarda dijo...

"Todas mis dudas son certezas": André, me has dejado pensando. Gracias por este poema.

André Cruchaga dijo...

Gracias, Lisarda por destacar ese verso máxima. En efecto, creo que la vida me ha enseñado a eso: sólo la duda te posibilita las certezas.
Abrazos,

André Cruchaga