SUBURBIO
He aquí la totalidad de
los siglos pasados por las armas
cabeza de madera en la
cual el ojo izquierdo sólo parpadea para
salvar al otro de la
miseria
lo único creíble en el
seno vaporoso de las geografías venenosas
son las fugas imprecisas
de rostros encadenados por horribles palideces
es la obra simbólica de
sabios microbios en el fondo de las
apasionantes cavernas de
la materia
Gui Rosey
En la periferia de las palabras
ladran los perros hay tormentas de meses sin luz y casas sin nombrarse
derrumbados horizontes y epitafios que uno nunca sabe a quién emplazan en la
erosión de los catálogos las notas suicidas y el polvo lacerante en la carne la
desesperación insiste y no me deja pensar no hay abrigo solo este dolor en los
brazos gritando sus puños oxidados entre el cartón de los años mis palabras
imprecisas de mar pintado en el bahareque de la tarde: fumo este pálido abismo
de ojeras ninguna estética es tan fiable como los caracoles pintados por los
niños siempre hago y deshago la fecha de las gaviotas el poyetón indefinido de
mis ojos el tabanco de la tarde rodeado de recuerdos y las mismas tempestades
de siempre y las mismas alas de siempre y los mismos ofrecimientos de
expulsarnos del paraíso (no sé si haya
profundidades incomprensibles sólidas arquitecturas acordes con el Todopoderoso)
al parecer la saliva nos anega hasta los tobillos siempre el maldito amor nada
paradisíaco hay cierta inanición heredada del dolor hijo del abandono y los
temores maloliente de zapatos de ropa de sueños nada tiene razón cuando la
razón se echa al cesto del embuste nada es siempre lo mismo cuando el pájaro
carece de voz y la penumbra se torna venerable en los bolsillos nunca dejo de
pensar en este dolor adscrito a las costillas ni en las láminas imposibles de
la alegría aquí me acostumbro a la sobremesa del patriotismo a la política
permanente de las osamentas y a sus hijos de preceptos radicales siempre hay
obstáculos para saciar mi libertad: el quehacer diario es un absurdo como las
habitaciones oscuras de los prostíbulos en el traspatio del alambique pululan
famélicos mis pensamientos la conquista de otro mundo menos asfixiante (de pronto quiero olvidarme de los métodos
cívicos de la coerción del disfraz absoluto de ciertos apellidos todo orden es
una estrategia enceguecedora creo que el desprecio hace su labor desigual de
subir y bajar escaleras ¿Cuándo podremos darle título universitario u honorario
a la bondad?) siempre estoy expuesto a los muros de los desahuciados
siempre me ha gustado el enorme trabajo de las sábanas y sus balcones posibles
siempre los mismos escarabajos debajo del escombro esta suerte de andrajo sin
dones ni bendiciones siempre resulta extraña esta hazaña de renunciar
diariamente al mundo renunciar a (usted)
al pie de la letra del mendrugo —consabido es el baúl de tantos epitafios las
aceras abigarradas y caducas el no ser que nunca descansa es imposible el
azúcar que no se atreve a la mesa sí aunque posibles los servicios secretos y
desayunar la desigualdad en momentos de crisis vamos —me digo— con los sueños
sobre la almohada pensando en los extraños taburetes del aliento en la mesita
de noche de las premoniciones siempre lo sombrío hace ruido en las aldabas es
entonces cuando las aguas saltan de la herida es entonces cuando se le hace
reverencia a la purulencia y a sus atrevidas manos en el grito de la garganta
un río rozando las pupilas…
Barataria, 26.X.2014
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