El sueño aquí, tormenta en el planeta, rama de sangre
Sobre las calles. Portal de gritos en la respiración.
Sobre las calles. Portal de gritos en la respiración.
Autor de la fotografía: Jorge Vilas Souto
Tormenta del sueño
Toco el recuerdo como quien toca la muerte:
Los puentes, pálidos de olvido, la claridad inhóspita, de hielo
Y es un ramo de ausencias y silencio este jardín.
GLADYS ZALDÍVAR
El sueño aquí, tormenta en el planeta, rama de sangre
Sobre las calles. Portal de gritos en la respiración.
Tal vez ciego pueda sentir la respiración del país.
Tal vez sin palabras pueda cargarlo en la alforja del pecho.
Tal vez sin pájaros pueda sentirlo en el desgarramiento de las manos.
Me provoca escupir al ritmo de los transeúntes;
A golpe vivimos en el imaginario de la conciencia.
—Herida y desierto tenemos en manos enjutas. Herida,
En el ojo ardoroso de la carne,
Ventanas ancladas en las ventanas de la muerte. El sueño
Se hizo severidad en este País. Se hizo un proyectil nefasto.
Un caballo de sombras en el color gris de los pantalones y los vestidos.
Esa tormenta no es una realidad inofensiva
Como la hostia diluida sabiamente en el estómago.
Áspero estiércol lame la herida del dolor.
La habitación donde se guarda arrugado el entusiasmo.
Las páginas de una lectura memorable en la ciénaga
Apolillada del viento.
La mujer que nunca quiso conmigo quitarle los colmillos al infierno.
Ese mar hecho intensamente con mi sudor.
El cuerpo de la mujer que pinté con el lápiz de mis venas
Y que luego bebí en cucharas de oscuridad.
Nunca sabré si fue real esta pipa de lluvia al atardecer.
—Esas vírgenes justificando su abstinencia en los Manuales
De los Evangelios, en los escapularios de dudosa inmolación.
En los jardines expiatorios del Arca.
Hagamos al hombre y el albedrío cimbró sus bestias, la volatilidad
De la luz, la flaqueza y los delitos
Como gritar en la alcanzaría de los logaritmos.
Nunca sabré si lo vivido fue mucho o poco. Si hubiese sido mejor
La huída a quedarme prendido de los muertos.
A quedarme, absuelto del olvido.
Tengo sombras y quiero arañar [aye for an aye], esta calle de azogue.
[These corners of fear and whisper to the night],
[The look of the fog with opaque glass].
A cada sueño devino una bufanda de sórdida nostalgia.
Boinas de islas olvidadas, candados con siniestras llaves,
Carnicerías feroces, zapatos de inservible remembranza.
—Ya alguien ha dicho que los sueños, sueños son. Pero nunca sabré,
Si los sueños, sueños son, es decir, el : —dreams are dreams—.
Nunca sabré si la humedad fue transpiración del miedo;
O esa terca pesadumbre de morir todos los días hilvanando
Un lecho sin paranoias, un abrazo sin espinas.
Sólo me queda, a fin de cuentas, el ojo en la ventana.
El dibujo que sin palabras desnuda el subconsciente…
[The drawing that wordless bare the subconscious] ...
Barataria, 31.XII.2009
Tormenta del sueño
Toco el recuerdo como quien toca la muerte:
Los puentes, pálidos de olvido, la claridad inhóspita, de hielo
Y es un ramo de ausencias y silencio este jardín.
GLADYS ZALDÍVAR
El sueño aquí, tormenta en el planeta, rama de sangre
Sobre las calles. Portal de gritos en la respiración.
Tal vez ciego pueda sentir la respiración del país.
Tal vez sin palabras pueda cargarlo en la alforja del pecho.
Tal vez sin pájaros pueda sentirlo en el desgarramiento de las manos.
Me provoca escupir al ritmo de los transeúntes;
A golpe vivimos en el imaginario de la conciencia.
—Herida y desierto tenemos en manos enjutas. Herida,
En el ojo ardoroso de la carne,
Ventanas ancladas en las ventanas de la muerte. El sueño
Se hizo severidad en este País. Se hizo un proyectil nefasto.
Un caballo de sombras en el color gris de los pantalones y los vestidos.
Esa tormenta no es una realidad inofensiva
Como la hostia diluida sabiamente en el estómago.
Áspero estiércol lame la herida del dolor.
La habitación donde se guarda arrugado el entusiasmo.
Las páginas de una lectura memorable en la ciénaga
Apolillada del viento.
La mujer que nunca quiso conmigo quitarle los colmillos al infierno.
Ese mar hecho intensamente con mi sudor.
El cuerpo de la mujer que pinté con el lápiz de mis venas
Y que luego bebí en cucharas de oscuridad.
Nunca sabré si fue real esta pipa de lluvia al atardecer.
—Esas vírgenes justificando su abstinencia en los Manuales
De los Evangelios, en los escapularios de dudosa inmolación.
En los jardines expiatorios del Arca.
Hagamos al hombre y el albedrío cimbró sus bestias, la volatilidad
De la luz, la flaqueza y los delitos
Como gritar en la alcanzaría de los logaritmos.
Nunca sabré si lo vivido fue mucho o poco. Si hubiese sido mejor
La huída a quedarme prendido de los muertos.
A quedarme, absuelto del olvido.
Tengo sombras y quiero arañar [aye for an aye], esta calle de azogue.
[These corners of fear and whisper to the night],
[The look of the fog with opaque glass].
A cada sueño devino una bufanda de sórdida nostalgia.
Boinas de islas olvidadas, candados con siniestras llaves,
Carnicerías feroces, zapatos de inservible remembranza.
—Ya alguien ha dicho que los sueños, sueños son. Pero nunca sabré,
Si los sueños, sueños son, es decir, el : —dreams are dreams—.
Nunca sabré si la humedad fue transpiración del miedo;
O esa terca pesadumbre de morir todos los días hilvanando
Un lecho sin paranoias, un abrazo sin espinas.
Sólo me queda, a fin de cuentas, el ojo en la ventana.
El dibujo que sin palabras desnuda el subconsciente…
[The drawing that wordless bare the subconscious] ...
Barataria, 31.XII.2009
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