miércoles, 19 de octubre de 2022

DESPUÉS DE LAS DEPREDACIONES

Obra pictórica de Joan Mitchell

DESPUÉS DE LAS DEPREDACIONES

 

 

Si pudiera atravesar la espuma,

libre de la cotidianidad,

contarte a solas un sueño verdadero.

MAYLÉN RODRÍGUEZ MONDEJA

 

 

He dispuesto caminar sobre las estatuas, tirar la sábana encima de los huesos de este mapamundi de niebla, caminar simplemente sin pronunciar palabras, fuego o niebla en las manos del horizonte, eclipses lunares sobre la memoria: a menudo la diáspora se vuelve posesa de mis vísceras, me inundan pesadillas de sal, una tras otra, la sombra en desuso, los himnos de ceniza alargados, el limo a regañadientes en la saliva. No faltan los estrépitos en la cortina de soledad donde habita el infierno, no falta el mueble desvencijado de las telarañas, el trance de la camisa del miedo, los titulares de neblina como un cíclope. Las semanas se detienen sin voz en el mercado de pulgas; yo, miope al amanecer junto a las berenjenas, yo miope quemo barriletes, hurto la memoria de las ventanas, enhebro cornisas de agua. Siempre estoy así. lamo los adoquines del cataclismo, los timbales turbios de mi pecho; no obstante, desempolvo un diccionario de relámpagos, el humo levemente despeinado alrededor de mis costillas. Salgo a la calle a tirar todo el desuso de mis días: ahora duermo tranquilo después de tantas depredaciones. Pero nunca es fácil «un sollozo o el olvido de mí mismo.»

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Del libro: «Mi memoria se ha cansado de llover y esperarte», 2022

© André Cruchaga


 

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