SUSTANCIAS CARICATURESCAS
Es la noche sobre tu Isla y en su contorno, aquí y
allá, dondequiera se curva el
impecable vaso del mar;…
Saint-John Perse
Ya estoy acostumbrado al territorio de los
desasosiegos a esos lugares donde no se sucede la claridad: la celda hosca y
fría la carcajada acuosa del reloj el grito desclavado de los megáfonos los
tobillos del polvo y esta suerte de urgida tristeza todo parece impávido frente
a los pájaros duelen los sermones de las bacinicas en las diéresis de las paredes
morimos de esdrújulas en las moscas igual sucede con el moho de la barbarie
mientras uno se abrocha el aliento desesperan los escupitajos de la esperanza y
las semanas de diccionarios en el sollozo y los domingos en las esquinas de las
tumbas me confunde el nido de humo del tabaco y esta felicidad ávida de
hormigas y esta secreción seminal de multitudes en el ayuno siempre las horas
encuentran sus aguas móviles en el hipérbaton en el gruñido de saliva de los
apóstrofes duele esta suerte de fósforos que se rehúsan a los tobillos: en los
ojos las horas incoloras contadas del escalofrío sobre la hojarasca (siempre hay sed en los brazos aun cuando el
olvido sea enorme siempre hay arrugas en esa otra ventana de los olvidos y hay
también nombres que nos arrinconan hasta quebrar nuestra respiración: se muere
de caminos se muere de fotografías se muere de preguntas e historias de taburetes
ciegos se muere en dosis pequeñas de espinas se muere de rodillas cansadas y de
llaves y puertas y deudas de alegría) Después del tiempo el apuro de los
desmoronamientos y la memoria la construcción de sombras que cuartean la
conciencia la tempestad enceguecedora de la renuncia:
la tierra de la última suma el silencio oscuro la mirada salpicada por las cucharas de dudas de las postrimerías claro las horas son sombras sustancias caricaturescas de la arcilla.
Del libro: «Mi memoria se ha cansado de llover y esperarte», 2022
©André Cruchaga
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